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Una semana más vuelve “Girls”, con el tercer capítulo de su cuarta temporada, un capítulo que no deja indiferente a nadie y que avecina tormenta.
Ya al principio del capítulo podemos aventurar que Hannah está a punto de tirar todo por la borda. Primero porque no puede dejar de decir lo maravilloso que es todo por allí y segundo porque pregunta por Adam en cuanto se le presenta la más mínima ocasión. Además, se aferra con uñas y dientes a Elijah, el único al que se siente unida.
Marnie confiesa a Ray que quiere ser más que la amante de Desi (por cierto, menudo nombre más choni). Como ve que la comprende y le suelta algún que otro piropo, termina liándose con él.
Más tarde se reúne con Desi y acuden a una reunión donde muestran su canción a los que suponemos que serán los trabajadores de una discográfica. A estos les encanta y acuerdan reunirse cuando el jefe haya vuelto de viaje. Sin embargo, preguntan cosas sobre su relación sentimental y cuando él afirma que tiene otra novia, Marnie se vuelve loca.
Tras salir de la reunión, le confiesa que no quiere ser su amante y que tiene claro que quiere estar con él. Sin embargo, él se pone místico y le habla de libertad, de la ciudad y de que no va a dejar a su novia. ¡Ay Marnie, desde que dejaste escapar a Charlie no remontas cabeza!
Shoshanna va a una entrevista de trabajo donde tiene una conversación tronchante con la entrevistadora, con la que aparenta ser las mejores amigas. Cuando consigue el puesto, lo rechaza argumentando que está practicando lo de las entrevistas para un trabajo más importante. ¡Incluso tiene el morro de criticar la forma de hacerle la entrevista!
Por otra parte, Adam y Jessa se han vuelto bastante cercanos desde que van juntos a rehabilitación. Mientras vuelven de una de las reuniones, Jessa se para a hacer pipi en la calle y la policía le pone una multa. Ella se altera y es detenida por los agentes. Adam, que intenta protegerla, también es arrestado. Estoy segura que estos dos juntos podrían causar un cataclismo.
Finalmente, Ray los saca de la cárcel y les pide que se comporten como adultos. Sin embargo, Jessa le ignora y empieza a reírse de él cuando está a solas con Adam. Este último, mucho más maduro, se enfada y le echa en cara su actitud provocativa. Cuando está a punto de irse, Jessa le pide perdón y que sea su amigo.
Elijah arrastra a Hannah a una “fiesta de poetas” porque él, a diferencia de Hannah sí que parece estar integrado. Durante la fiesta, ella se siente fuera de lugar y termina reuniéndose con sus compañeros de la escuela de posgrado, a los que pone a caldo uno por uno.
Finalmente se va de la fiesta y cuando descubre que le han robado la bicicleta de nuevo, se marcha en un carro con un Amish. Una imagen extremadamente divertida y la mejor del capítulo, que nos deja ver el tono irónico de la serie.
En definitiva, un capítulo tan genial como a los que nos tienen acostumbrados, en el que destaco la aparición de todos los personajes de forma homogénea y la exposición de las debilidades y problemas de cada uno de ellos. Algo va a terminar mal y no sabemos qué será, pero no tardará mucho en llegar.
Hannah al borde del abismo
Ya al principio del capítulo podemos aventurar que Hannah está a punto de tirar todo por la borda. Primero porque no puede dejar de decir lo maravilloso que es todo por allí y segundo porque pregunta por Adam en cuanto se le presenta la más mínima ocasión. Además, se aferra con uñas y dientes a Elijah, el único al que se siente unida.
Marnie confiesa a Ray que quiere ser más que la amante de Desi (por cierto, menudo nombre más choni). Como ve que la comprende y le suelta algún que otro piropo, termina liándose con él.
Más tarde se reúne con Desi y acuden a una reunión donde muestran su canción a los que suponemos que serán los trabajadores de una discográfica. A estos les encanta y acuerdan reunirse cuando el jefe haya vuelto de viaje. Sin embargo, preguntan cosas sobre su relación sentimental y cuando él afirma que tiene otra novia, Marnie se vuelve loca.
Tras salir de la reunión, le confiesa que no quiere ser su amante y que tiene claro que quiere estar con él. Sin embargo, él se pone místico y le habla de libertad, de la ciudad y de que no va a dejar a su novia. ¡Ay Marnie, desde que dejaste escapar a Charlie no remontas cabeza!
Una excentricidad detrás de otra
Shoshanna va a una entrevista de trabajo donde tiene una conversación tronchante con la entrevistadora, con la que aparenta ser las mejores amigas. Cuando consigue el puesto, lo rechaza argumentando que está practicando lo de las entrevistas para un trabajo más importante. ¡Incluso tiene el morro de criticar la forma de hacerle la entrevista!
Por otra parte, Adam y Jessa se han vuelto bastante cercanos desde que van juntos a rehabilitación. Mientras vuelven de una de las reuniones, Jessa se para a hacer pipi en la calle y la policía le pone una multa. Ella se altera y es detenida por los agentes. Adam, que intenta protegerla, también es arrestado. Estoy segura que estos dos juntos podrían causar un cataclismo.
Finalmente, Ray los saca de la cárcel y les pide que se comporten como adultos. Sin embargo, Jessa le ignora y empieza a reírse de él cuando está a solas con Adam. Este último, mucho más maduro, se enfada y le echa en cara su actitud provocativa. Cuando está a punto de irse, Jessa le pide perdón y que sea su amigo.
Humor y miserias en misma proporción
Elijah arrastra a Hannah a una “fiesta de poetas” porque él, a diferencia de Hannah sí que parece estar integrado. Durante la fiesta, ella se siente fuera de lugar y termina reuniéndose con sus compañeros de la escuela de posgrado, a los que pone a caldo uno por uno.
Finalmente se va de la fiesta y cuando descubre que le han robado la bicicleta de nuevo, se marcha en un carro con un Amish. Una imagen extremadamente divertida y la mejor del capítulo, que nos deja ver el tono irónico de la serie.
En definitiva, un capítulo tan genial como a los que nos tienen acostumbrados, en el que destaco la aparición de todos los personajes de forma homogénea y la exposición de las debilidades y problemas de cada uno de ellos. Algo va a terminar mal y no sabemos qué será, pero no tardará mucho en llegar.
