Esta noche se estrena en Estados Unidos un nuevo capítulo de “Glee”, así que es hora de ponernos al día con el de la semana pasada, cruzando los dedos porque no siga cayendo más bajo aún.
Semana de Mash-Up
Noy hay temporada en la que no se dedique algún día a hacer Mash-up. No es algo que me entusiasme especialmente, pero al principio hacían algunos muy buenos. Todavía recuerdo la actuación de Halo/Walking on sunshine, Start Me Up/Livin’On a Prayer o Survivor/Will Survive. Sin embargo, los de esta semana no han destacado para nada.
Kurt y Rachel no consiguen ponerse de acuerdo sobre cómo o qué enseñar a los muchachos y el primero no puede dejar de pensar en Blaine. De hecho, se tira todo el capítulo lamentándose y recordando sus momentos con Blaine. ¿Se quedarían cortos y tuvieron que rellenarlo de alguna forma?
Por otra parte, los New Directions originales se quedan otra semana más o quién sabe hasta cuándo. La escusa es que Brittney puede detener el tiempo con la mente. Los demás no han hecho declaraciones.
Becky ¿estrella del Glee Club?
Becky vuelve al instituto con novio y tras mentirle sobre el hecho de que pertenecía a todos los clubs del instituto (incluido el Glee club) pide ayuda a Quin y Jenna que la ayuden a que parezca que pertenece a él.
Estas últimas y Sue interrogan al novio de Becky para asegurarse de que no quiere aprovecharse de ella, pero están muy equivocadas y parece que el chico la respeta bastante.
La parejita de la semana son Santana y Brittney, que tienen un montón de escenas románticas, terminan comprometiéndose y cantando juntas.
Finalmente se desvela que la entrenadora Bestie va a cambiarse de sexo y Rachel y Kurt consiguen encontrar un equilibro entre sus dos métodos de enseñanza para preparar a los nuevos para el campeonato.
En definitiva, un capítulo mediocre tirando para lo bajo donde se aprecia la ausencia inexplicable de personajes como Mercedes, el señor Schuester o Emma.
