Fe (Hierro), Li (Litio), Na (Sodio). Principales
compuestos de la sangre, la
metanfetamina y las lágrimas. Estas tres palabras definen sin lugar a dudas el
último capítulo de esta maravillosa serie, que nos ha enseñado que cualquiera
puede llegar a corromperse.
Vuelta al inicio
Tras un exilio de varios meses en New
Hampshire, Walt decide volver al Nuevo México. Allí amenaza a sus antiguas
amigos multimillonarios, Gretchen y Elliott, para que entreguen sus 9 millones de dólares a Walter Junior en su 18
cumpleaños a modo de donación benéfica, sin que se enteren de dónde viene el
dinero realmente.
Para asegurarse de ello, dos
francotiradores les apuntan desde fuera de su casa y les amenaza con matarlos si
no cumplen con lo pactado. Finalmente se descubre que no son francotiradores
sino los amigos de Jesse, Mayhew y Skinny, apuntando con un puntero láser. Estos dos personajes son los que le informan
a Walt de que sigue existiendo la meta azul y que, seguramente, es Jesse el que
la cocina.
Venganza
Tras montar una ametralladora en una
especie de mecanismo y recuperar la ricina de su casa abandonada, Walt se reúne
con Todd y Lydia ofreciéndoles una receta sin metilamina. Aunque en un
principio lo rechazan, Lydia lo anima a
ir a ver a Jack, con la intención de que lo maten.
Por otra parte, Marie avisa a Skyler por
teléfono de que Walter ha vuelto. Pero es demasiado tarde porque él ya ha
conseguido llegar a la casa. Después de reconocer que todo lo ha hecho pensando
en él, le entrega un boleto de lotería con las coordenadas donde está enterrado
Hank y Steve Gómez y le dice que lo utilice para llegar a un acuerdo y quedar
libre de la cárcel. Finalmente se despide de Holly y ve a Walter Junior entrar
a la casa desde lejos.
Nuestro protagonista va a ver a Jack y,
tras su falta de interés porque cocine para ellos, le acusa de tener a Jesse
como su socio. Antes de matar a Walt, Jack trae a Jesse para que vea que se ha
convertido en su esclavo.
Humanidad
Al comprender esto, Walt se lanza contra
Jesse para tirarlo al suelo y protegerlo y activa la ametralladora de su coche,
matando a todos en la habitación excepto a Todd y a un moribundo Jack. Jesse
termina con el primero ahogándolo con las cadenas y Walt hace lo propio con el
segundo, ignorando su oferta de devolverle su dinero. Además, llama a Lydia
para informarle de que ha puesto ricina en su taza y que morirá próximamente.
Los dos antiguos socios y amigos tienen un encontronazo en el que ninguno es capaz de disparar al otro y, tras un leve movimiento de cabeza, se despiden para siempre. Jesse sale llorando y gritando de emoción de lo que ha sido su prisión en los últimos meses y Walt se dirige al laboratorio dónde ha estado cocinando.
Allí, admira el equipo mientras la
policía llega al lugar. Finalmente, cae desplomado al suelo a causa de una bala
perdida que se incrustó en su pecho intentando proteger a Jesse durante el
tiroteo.